Breve reseña sobre el Campo de Deportes
La historia del Campo de Deportes del CNBA empieza con la cesión de tierras del poder Ejecutivo Nacional a la Universidad de Buenos Aires, para ser utilizadas para el emplazamiento de una “Playa de Ejercicios Físicos” destinada a los alumnos del Colegio Nacional. La parcela se encontraba en 1914 en el terreno fiscal del Puerto Madero, inaugurado en 1897 y de propiedad estatal. Hacia 1907, el puerto ya resultaba obsoleto para el movimiento de barcos que llegaban a la ciudad, por lo que se procedió a la construcción de uno adecuado para la demanda: el Puerto Nuevo.
Durante siete décadas, el Campo de Deportes se mantuvo junto a un viejo centro de jubilados de la Armada, rodeado de silos de actividad cada vez menor, vías ferroviarias y construcciones en creciente abandono. Los proyectos para urbanizar el viejo puerto y transformarlo así en un barrio más se multiplicaron a lo largo de los años.
La UBA nunca poseyó un título sobre las tierras del Campo de Deportes, ya que éstas fueron simplemente cedidas mediante la ley 9.685 el 28 de Septiembre de 1915. En las décadas siguientes, el dominio de la UBA sobre el terreno fue ratificado el 4 de Octubre de 1935 por el artículo 1 de la ley 12.246 y en 1974 por la ley 20.654.
Imagen adjunta:
¿Qué es CAPM SA?
En noviembre de 1989, el entonces presidente Carlos Menem firmó un decreto creando la Corporación Antiguo Puerto Madero Sociedad Anónima (CAPMSA) con el objetivo de urbanizar la zona. Dicha Corporación está formada por representación del Gobierno de la Ciudad y de La Nación, en un 50% cada uno. El Gobierno de la Nación que debió ceder los títulos de las tierras (antes tierras fiscales) a la Corporación. Desde entonces, esta Corporación se encargó de confeccionar un Plan Maestro con un nuevo trazado de calles, delimitación de parcelas y asignación de estas últimas para distintos tipos de emprendimientos desde hoteles, terrazas y torres hasta una serie de comercios y parques. La venta de los terrenos se realizó a distintos grupos privados, asesorados por la misma CAPMSA que rápidamente iniciaron la construcción en altura, que en ya 20 años logró transformar un terrenos fiscal con largo abandono en el barrio más caro de toda Buenos Aires. A pesar del plan de diseño urbano que se confeccionó, la construcción en altura y la distribución de las torres no lo respetó en lo más mínimo.
Es sabido que las presidencias de Menem se caracterizaron por una larga lista de privatizaciones. Este decreto no es la excepción:
“Que dicha sociedad tendría por objeto la confección de un plan maestro de desarrollo urbano, el estudio de la infraestructura urbana a incorporar y la promoción de inversiones
en el área, la actividad inmobiliaria y la construcción de obras nuevas y/o remodelaciones en la zona de las obras necesarias para convertirla en un polo de desarrollo urbano basado en una genuina inversión, con participación de capitales nacionales y extranjeros, como asimismo la venta y/o locación de las tierras pertenecientes al área en cuestión, con el indudable beneficio fiscal que este representa.”
( http://www.porlareserva.org.ar/Decreto1279.htm )
¿Cuál fue la situación que debió enfrentar la UBA?
La Universidad de Buenos Aires vio en ese momento superpuestas las jurisdicciones establecidas por un lado por las tres leyes que le adjudicaban el terreno del Campo de Deportes; y por el otro por el decreto de necesidad y urgencia que las cedía a la Corporación Antiguo Puerto Madero S.A.
En este marco, inició un litigio ante el Juzgado en lo Civil y Comercial Federal nº 9, Secretaría nº 17; que se caratuló “UBA c/CAPM S.A. s/proceso de conocimiento”.
¿Qué pasó en el 2006?
Hacia 2006, la Corporación Antiguo Puerto Madero S.A. propuso a la Universidad de Buenos Aires la venta de una parcela del Campo de Deportes del CNBA que el Plan Maestro de urbanización del barrio dotaba de un FOT () de alrededor de 13.000 m²; a cambio de ceder terrenos aledaños en retribución, al mismo tiempo que la UBA utilizaría U$S 2.200.000 provenientes de la venta del lote para realizar obras en beneficio de la Armada, que cedería a su vez una tierra adyacente en abandono. El mapa proyectado por el Acuerdo Tripartito de 1998, propuesto por CAPM SA fue utilizado nuevamente, enviándoselo al Consejo Superior de la UBA.
De la venta de la parcela, la UBA se quedaría con el 70%, y CAPM SA con el 30%, pero la Universidad no recibiría estrictamente dinero, pudiendo éste ser reemplazado por “obras de infraestructura por un equivalente a dicha suma”.
Frente a la inminente venta de la sección del Campo de Deportes, no solo sin consulta a la comunidad educativa sino claramente a espaldas de esta, y al pacto que incluía una sub-valoración del lote y un “canje” por una sección anegadiza, el CENBA se organizó a pesar de la desinformación y los arreglos ocultos por parte del Consejo Superior, organizó marchas en reclamo por la conservación de las parcelas originales, contactó legisladores y cuerpos de los medios de comunicación para divulgar el negociado y logró mantener la parcela en disputa.
Sin embargo, dos terrenos aledaños que no pertenecían originalmente a la UBA, sino que se encontraban en condición de comodato; y habían sido utilizados en los últimos años como canchas de hockey y fútbol fueron efectivamente expropiados por CAPM SA, iniciando un proceso que actualmente continúa en desarrollo, de avance paulatino sobre la propiedad pública. Separados por la inconclusa calle Trinidad Guevara, el terreno sur de alto FOT fue vendido para construcción de las Torres del Yacht, y el norte se mantuvo como baldío relleno con escombros extraídos de la nueva edificación en progreso debido a la asignación de un bajo FOT gracias al plan de urbanización del barrio.
¿Qué está ocurriendo actualmente?
Hace unas semanas, nos enteramos por el diario Perfil que la UBA ha iniciado tratativas con la Corporación Antiguo Puerto Madero S.A. que podrían implicar la venta parcial o total de nuestro predio. A partir de esta nota y de las declaraciones de Virginia González Gass, obtuvimos algo de información al respecto. Según tenemos entendido, la Corporación pretende cambiar la zonificación del área para, por un lado, cambiar la edificación. Los espacios marcados en el mapa con el color rosa son de edificación (FOT) baja (es decir bajo precio); mientras que los marcados en violeta, de FOT alto (alto precio). La primera, está constituida por un terreno vecino que es propiedad de CAPMSA (donde actualmente sólo hay escombros), un predio de la armada, y una parte de nuestro campo. La segunda, corresponde al resto de nuestro predio y las torres del Yatch. Uno de los puntos de la negociación es intercambiar las zonificaciones de ambos terrenos().
El otro proyecto que está en juego es la prolongación de la Calle Trinidad Guevara a través del campo hasta el Boulevard de los Italianos, lo que obviamente reduciría nuestro terreno drásticamente.
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Tanto en las reuniones con la mesa directiva, como en la asamblea, la rectora nos dijo que, si vamos por el sí a conservar todo el campo (incluidos los actuales escombros), no vamos a tener posibilidades. A cambio, propone una negociación: cedemos al tema de las zonificaciones y a cambio pedimos: el título de propiedad del campo; añadir, en la zonificación, que esa calle no podrá ser construida nunca; además del millón de pesos, pedir que se construya un gimnasio como el proyecto que tiene la cooperadora, que incluya tres pisos de subsuelo de estacionamiento para ser autogestionados por el colegio y tener ingresos propios. Sin embargo, también nos dijo que esta propuesta la había hecho a Más Vélez (secretario general de la UBA) para “ganar tiempo”.
Lo que a muchos oradores les resultó sospechoso, es que lo que se está negociando es en última instancia voluntad de la legislatura porteña. ¿Por qué CAPMSA ofrece dinero por algo sobre lo que la UBA no tiene poder de decisión?
Ante esta incertidumbre, la asamblea se pronunció firmemente en contra de cualquier venta, parcial o total, de las propiedades del Colegio. Denunció también la complicidad de los gobiernos de la Nación y de la Ciudad, no sólo por formar parte de la Corporación Puerto Madero, sino también por el vacío presupuestario que generan en la educación. Las autoridades de la UBA, a través de políticas de autofinanciamiento (ya sea la privatización de los posgrados, la venta de sus propiedades, etc.) son cómplices de la miseria educativa. La contraoferta de González Gass, por más tentadora que parezca, sigue siendo un intento de negociar lo innegociable.
Con esta perspectiva, decidimos organizar un festival en el campo como medida de protesta y para la difusión de este problema. También organizamos una comisión encargada de la difusión (difusion-campo@googlegroups.com) decidimos que la mesa directiva redactara un comunicado al respecto. Por último, el jueves 5 a las 14.30 habrá una nueva asamblea.
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